domingo, 29 de noviembre de 2015

Todo es mente

No sé cuantas veces habré repetido esta sencilla frase a lo largo de mi vida. Seguro que incluso hay personas que me definirían pensando en ella (a mi hermana pequeña la machaqué con esto toda su infancia), pero es cierto que para mí es un principio tan básico como importante y necesario para nuestro día a día, así que hoy intentaré abarcarlo un poquito más en profundidad en el blog.

Nunca he sido partidario de creer en el azar. Todo ocurre por algo. Cada acción genera una reacción y cada acto tiene una consecuencia. Además, siempre he creído que hay una "inteligencia superior" detrás de todo el universo creado, pues allá donde fijo la mirada solo veo perfección (como procesa las imágenes el ojo humano, como cicatrizan las heridas, la composición química de la materia, el ciclo del agua, etc.) y me parece de una ingenuidad total pensar que todo eso ha sido creado "por que sí" o por pura combinación aleatoria de la materia que nos rodea. Todo lo que crea la naturaleza es perfecto, y luego somos nosotros mismos los que hemos sido dotados de libertad total para hacer o deshacer a nuestro antojo y como somos seres inconscientes, hemos hecho una sociedad imperfecta.

Hay un motivo en todo lo que ocurre, por difícil que nos pueda parecer , pero para mí lo más importante es ser consciente que nosotros también fuimos hechos a imagen y semejanza de nuestro creador, y, por ende, también somos capaces de crear, siendo los pequeños dioses de nuestro pequeño universo particular.

¿Cómo iniciamos voluntaria (o involuntariamente) el proceso de creación de algo en nuestras vidas? Todo empieza siempre con un pensamiento. Anhelamos algo, queremos algo, nos gustaría que... A ese pensamiento inicial le suele pasar una de las siguientes 3 posibilidades:
  1. Lo descartamos rápidamente por el motivo X que sea (es imposible, es muy difícil, yo no puedo, no me lo merezco, no tengo lo que necesito, etc.). En este caso cae en el olvido y es descartado por completo de nuestro proceso creativo.
  2. Jugamos un tiempo con él, incluso iniciamos algunas acciones iniciales hacia él, hasta que nos cansamos, nos aburrimos de perseguirlo o nos desanimamos... y lo convertimos en un pensamiento descartable del tipo 1.
  3. Luchamos por él, vamos hacia él y no paramos hasta obtener el resultado deseado. El tiempo que tardemos en conseguirlo no importa, pero todas nuestras acciones van enfocadas a conseguirlo y tenemos el convencimiento de que vamos a conseguirlo.
Evidentemente son este último tipo de pensamientos los que realmente tienen el "poder" de materializarse en algo real en nuestras vidas. Esos 3 niveles son totalmente ficticios y me sirven para simplificar la explicación, pero podría decirse en resumen que cuanto más crees en un pensamiento, más fuerza le estás dando para su realización. Cuantas más dudas, miedos, complejos o vaguedades tengamos más improbable es que seamos capaces de realizarlo.

De ahí viene la famosa frase de "La fe mueve montañas", pues si uno sabe realmente a donde va, dad por seguro que llegará a su destino.


Quizás una explicación más gráfica sea la que me contó un buen día un amigo del alma:

" - Quiero esta llave"
" - ¿Quieres esta llave?"
" - Si"
" - Realmente?"
" - Sí"
" - Entonces ve a buscarla"
(lanza la llave lejos, a una parcela del bosque de al lado, que obliga a bajar a la calle y dar un buen rodeo).
" - Eh! La has tirado muy lejos!! Ahora no la puedo alcanzar!!"
" - Si crees que no la puedes alcanzar es que realmente no la querías"

Este sencillo ejemplo se me quedó grabado en mi mente de tal forma que un día se lo hice realmente a mi hermana con las llaves de casa... jajaja Con los años ella me confesó que había aprendido algo importante aquél día, así que los hermanos mayores no somos tan malos como podría parecer a simple vista...

Con nuestros pensamientos suele pasar lo mismo. Una vez deseamos algo "la vida" suele someternos a prueba (de alguna manera hay que filtrar nuestros deseos reales de nuestros simples caprichos). A veces nos rendimos ante la primera piedra del camino, o el simple hecho de imaginarnos el largo recorrido ya nos hecha para atrás, a veces nos rendimos tras varios años de intensa búsqueda (sin ser conscientes de lo cerca que podríamos estar)... y a veces simplemente lo conseguimos y si hemos tenido fe ciega en ello sin duda ha hecho mucho más corto y eficiente el camino recorrido.

Observando atentamente mi vida puedo poner un buen montón de ejemplos en los que creer ciegamente en que iba a conseguir lo que quería, lo hizo posible, pese a que inicialmente pareciera imposible:
  • Sacarme la carrera de Telecomunicaciones, pese a que siempre fui un estudiante mediocre de los que traían entre 4 y 7 suspensos en la mochila del verano. El día que me di cuenta de que todo dependía de mí hice un "click" y empecé a aprobarlo todo haciendo codos y poniendo toda mi voluntad en ello.
  • Evitar ir a la mili, a pesar de que la anulación del carácter obligatorio de la misma no llegó hasta unos cuantos años después. Nunca creí ser capaz de coger un arma de fuego con mis manos, nunca quise hacerlo y puse toda mi fuerza mental en evitarlo. Me hice objetor, pero ni siquiera me llamaron para serlo.
  • Conocer a la mujer de mi vida, pese a nunca haber conseguido antes aguantar una relación seria con una chica más de 4 meses seguidos. Nunca dudé que tarde o temprano mi alma gemela llegaría, pese a todos los fracasos anteriores.... ¡¡Y encontré a Blanca!
  • Tener hijos pese a que el espermeograma me decía que era prácticamente estéril. El 1er hijo y el 2o nos costaron muchísimo, pero nunca perdimos la esperanza.
  • Conseguir un trabajo en Suiza a los 39 años, pese a que siempre tuve un nivel pésimo de inglés. 3 años antes empecé a pensar seriamente la opción de trabajar en el extranjero y me puse a estudiar todas las noches inglés de 10 a 11 p.m. (cuando mis 3 hijos dormían). Al final todo confluyó para hacer realidad el sueño (gracias también a David!).
Podría seguir con muchísimos ejemplos más. Algunos sobre grandes objetivos y otros mucho más pequeñitos. Nuestro ejemplo más reciente es el de la casa con jardín y el coche para Blanca, pero es un principio que aplico constantemente en el día a día, ante cada problema que plantea mi trabajo o cualquier otra situación.

Siempre se dice aquello de "Ten cuidado con lo que piensas... ¡¡Podría hacerse realidad!!" Y personalmente creo que es absolutamente cierto. Paulo Cohelo lo expresó escribiendo "Si deseas algo con suficiente fuerza, el universo entero conspirará para que tu deseo se haga realidad". Ambas expresiones expresan el poder del "Todo es mente", pues no es solo que tú, con tu convicción y tus acciones consigas materializar tus sueños a base de esfuerzos, hay algo más...

El universo tiene su propia naturaleza y sus propias leyes, y al estar formado por la consciencia de un ser superior (llámese "Dios", "Consciencia universal", "Naturaleza"...) el pensamiento es un medio natural de comulgar con el universo y darle a entender qué es lo que realmente deseamos. En su infinito esfuerzo por satisfacernos, siempre va a estar ahí, escuchando nuestros pensamientos más poderosos, nuestros deseos más fervientes, nuestros actos más insistentes... para ir moviendo los hilos necesarios para concedernos. A veces nos puede desesperar el "tiempo" que tardemos en conseguir algo, pero a veces el propio tiempo es una prueba para demostrar si realmente queríamos esa "llave" o no...

Y puesto que esa "Consciencia Universal" está forjada básicamente en la esencia del sentimiento del amor (es una energía creadora de la que salió el "regalo" del universo, la vida y la consciencia individual), los pensamientos positivos tienen infinitamente más efecto que los negativos. Es como la electricidad: ¿Por qué se propaga bien la electricidad por el agua, o por el metal y no por el plástico o la tierra? Simplemente porque la electricidad, por su propia naturaleza, es afín a ciertos medios que con compatibles con ella, existiendo toda una escala gradual de más a menos de materiales que pueden o no trasmitirla. El poder del pensamiento es lo mismo, su afinidad absoluta es para con el amor puro que abraza la creación universal, todo pensamiento que sea realizado desde el amor, como objetivo positivo para alguien o para uno mismo, coge fuerza con mucha más facilidad que cualquier otro. Podría decirse que el odio o la maldad son el "plomo" del Todo es Mente. Por más que nos pasemos la vida deseando que alguien muera o sufra daño, ese pensamiento por sí solo no va a tener ningún tipo de facilidad en su consecución. No significa que si quieres matar a alguien no puedas coger un arma y matarlo, pero no vas a tener ninguna ayuda "extra" para hacerlo (y luego tendrías que asumir las consecuencias de tus actos).


De ahí la importancia del pensamiento positivo, creer que podemos, creer que hay esperanza, estar convencidos que llegaremos sin duda alguna... Eso es lo que foja la realidad. Siempre he sido una persona optimista, y supongo que ello me ha llevado a crear una realidad positiva en mi vida. Deberíamos vigilar más qué tipo de pensamientos tenemos pues tenemos tendencias nocivas a pensar "vaya mierda de..." o "yo no puedo"... que matan absolutamente cualquier fuerza o ayuda que podríamos recibir si ese pensamiento fuera positivo.

Un excelente ejercicio para nuestro día a día sería intentar transformar pensamientos especialmente negativos en positivos. Por ejemplo, si en el trabajo tu jefe te toca las narices con un "problema urgente que debe ser solucionado para ayer", en lugar de resoplar y pensar que vaya asco de situación o lo mal que se organizan las cosas, verlo como un reto y una posibilidad de demostrarle a todo el mundo lo capaces que somos en la resolución de incidencias críticas. O si tu hijo te desespera porque ha roto algo, saber luego entender que en el fondo son niños y que después de la regañina y de hacerle entender por qué está mal lo que ha hecho, saberle también dar un abrazo después. O no frustrarte porque para conseguir un título tienes que estudiar mucho, o para conseguir un objetivo hay que trabajar largos días. Al igual que el camino de Santiago no se camina en un día, paso a paso y etapa a etapa lograremos disfrutar más del camino y no obsesionarnos tanto con la meta, y al final habremos llegado a ella sin necesidad de sufrir más de la cuenta.

También hay un factor importante a tener en cuenta, y es que una vez deseado algo con el sentimiento y la convicción apropiada, hay que saberlo "mandar" a la "consciencia universal", hay que saber "dejar de pensar en ello" y no obsesionarse demasiado (por dentro puedes tener la tranquilidad de que todo está bien, pero sin que te obsesione ni te quite el sueño) para conseguir liberar ese pensamiento de nuestro dominio exclusivo, y permitir "mandar la carta" y que el "universo trabaje con ella un tiempo". Mi madre solía recordarme siempre la importancia de este punto cuando me veía obsesionado con algo: "Si no lo dejas que el pensamiento salga de ti y se eleve, al universo no le llegará y no tendrá la ocasión de escucharte", me decían sus sabias palabras.


Por todo ello, "Todo es mente" significa mucho más para mí que un "si yo lo quería, ¿Por qué no lo conseguí?". No es solamente querer una cosa, es estar absolutamente convencido que lo conseguirás, no tener dudas, estar movido por un sentimiento noble y en harmonía con el resto de tus deseos, actuar en consecuencia para que todas tus acciones vayan dirigidas a conseguirlo, saber tener paciencia y convicción durante la espera... Si consiguiéramos tener esa fe totalmente ciega y pura, con total fortaleza de una mente consciente y desarrollada (menos tele y más meditación) conseguiríamos mover todas esas montañas.

Esto es solo mi humilde opinión sobre mis creencias. Y aunque me hayan ayudado a mí, no significa nada, pues cada maestrillo tiene su librillo y cada vida se vivirá de forma totalmente distinta. Yo comparto lo que pienso, pero, ¿Y tú? ¿QUÉ PIENSAS?

4 comentarios:

  1. Pienso que tienes mucha razón en lo que dices y yo añadiría algo más, pues cada vez pienso en que hay que hacerse lo mas conscientes posible de nuestros pensamientos, de esta manera sabríamos el porque de muchas sorpresas desagradables que se presentan en la vida y también podríamos evitar algunas de ellas

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  2. Gracias por recordarme tantas cosas, con el tiempo voy aprendiendo a controlar los pensamientos, a generar de positivos y sobre todo a escuchar lo que siento. Creo que el sentir es una expresión del alma.

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